El tema del «survivalismo» fascina. Sin embargo, saber sobrevivir en cualquier ambiente no es cosa de ficción. Cómo hacer un refugio de supervivencia es clave para garantizar tu bienestar en la montaña. Especialmente si no cuentas con una tienda de acampada.
Sí, puedes sobrevivir sin agua varios días. Incluso sin comida durante varias semanas. Sin embargo, la mayoría de las personas que no sobreviven al aire libre mueren casi siempre por perder su calor corporal. Aparte de saber hacer fuego, es vital saber construir un refugio que te proteja de adversidades climatológicas y de amenazas externas.
Basándonos en el manual de supervivencia de John Wisseman, te explicaremos cómo construir un refugio en la naturaleza, ya que hay muchos tipos y técnicas. Las técnicas de supervivencia en la montaña son imprescindibles cuando las cosas se tuercen más de lo esperado.
Dónde acampar y dónde no acampar
Este es uno de los capítulos más importantes de cualquier libro de supervivencia. Es necesario que conozcas los lugares y los factores externos a considerar al situar tu refugio, ya que algunas zonas pueden resultar peligrosas. A continuación, te mencionamos algunos lugares adecuados para acampar y otros que no lo son.
Lugares adecuados para acampar
Lugares no recomendados para acampar
Es importante saber que estos refugios de supervivencia son solo para casos extremos, ya que en España hay multas por acampar.
Importancia del lecho
El cuerpo en posición tumbada pierde el 80% del calor debido al contacto con el suelo. De ahí la necesidad de prestar atención al lecho: debe de ser blando, horizontal, seco y caliente.
También es necesario que hagas el refugio un poco elevado del suelo para evitar peligros como mordeduras venenosas. Esto es posible con un buen emplazamiento, retirando los palos y las piedras, así como con un aislamiento de helechos, hojarascas o ropa.
Tipos de refugios improvisados en el bosque o la montaña
Existen varios tipos de refugios que improvisar en la montaña o en cualquier momento, sin necesidad de saber cómo hacer cemento, por ejemplo. Sin embargo, dependerá del tipo de lugar, las condiciones ambientales y los materiales que tengas a tu alcance, que puedas construirlo de la manera más protegida posible.
Por ejemplo, en caso de que necesites un refugio inmediato, podrás construir uno temporal. Pero, si necesitas permanecer más tiempo en el lugar, tendrás que optar por uno más sólido. También debes considerar el tiempo y tus energías para hacerlo.

Vehículo
En caso de que haya ocurrido un accidente, el vehículo puede ser una opción para refugiarse siempre y cuando esté fuera de peligro. En caso de que el coche no sea habitable, te pueden servir algunos materiales de su interior:
- Los periódicos son muy buenos aislantes. Te pueden servir para cubrir las ventanas y protegerte del frío.
- En caso de que necesites hacer fuego y no tengas cerillas, puedes empapar un trozo de tela con un poco de gasolina y hacer chispas al cruzar los terminales de la batería. Por supuesto, debes tener mucho cuidado. No la recomendamos a no ser que sepas hacerlo correctamente.
- Además, si añades aceite de motor al fuego conseguirás generar humo negro y denso que te servirá para hacer señales de auxilio (también quemando los neumáticos). De nuevo, no lo recomendamos si no estás 100% seguro de que sabes hacerlo correctamente.

Refugios naturales
Estos son los que ya están en la naturaleza y que no requieren ningún esfuerzo para su construcción. Se pueden improvisar en algunas hendiduras y oquedades como cuevas, formaciones del terreno o de la propia vegetación.
Una hendidura en una pared rocosa, que no tenga riesgos de desprendimientos y te proteja de la lluvia y el viento, será un lugar ideal. Solo tienes que construir un lecho seco y confortable para tener un refugio seguro.
Es muy importante conocerlos bien y sacarles provecho en caso de querer hacer vivac y dormir al raso.
Refugios improvisados
Los puedes construir con materiales que encuentras en la naturaleza o que llevas en tu equipaje. Es aconsejable que aproveches las oportunidades que te ofrece el entorno, como un árbol caído o una fosa que podrás cubrir con ramas y hojas. Es una de las claves dentro de la práctica del bushcraft.

Refugio con una lámina de plástico
Para este refugio necesitas disponer de una lámina de plástico grande. Se construye colocando la lámina y sosteniéndola mediante una cuerda tensada entre dos árboles, formando una especie de tienda de campaña clásica. Para atarla, te irá bien conocer los distintos tipos de nudos.
En los extremos debes envolver unas piedras que sujetarás con unas horquillas de madera. De esta manera, si haces una zanja alrededor de la estructura, evitarás que se acumule agua si llueve.

Cobertizo
Está considerado como uno de los refugios de supervivencia más clásicos. Para construirlo, necesitarás uno o dos árboles que utilizarás como columnas. Esto te permitirá ahorrar mucho trabajo y que la estructura gane solidez.
Si acampas en un lugar frío, vas a necesitar hacer fuego para calentarte y colocar un reflector de troncos detrás para aprovechar el calor. También es importante considerar la dirección del viento para que el humo no vaya hacia ti.
Finalmente, cubre el techo con material vegetal, como hojas grandes, que podrás conseguir con facilidad en algunos lugares. También podrás improvisar tejas con trozos de cortezas de árbol.

Refugio con un árbol caído
En caso de que haya cerca un árbol caído, también lo puedes aprovechar para crear un refugio de supervivencia. Solo tendrás que cortar algunas ramas para hacer un espacio hueco en la copa. Además, si es frondoso, resultará muy acogedor y te protegerá del viento.
Sin embargo, no es recomendable en caso de lluvia porque, además de que filtra el agua, es más susceptible de recibir el impacto de un rayo.

Refugio con soporte de ramas en forma de A
Esta es una especie de tienda canadiense con una estructura en forma de A. Este tipo de refugio ofrece mayor protección que el tipo cobertizo.
Para construirlo, necesitas una armazón de palos que deberás cubrir con una capa de hojas grandes que servirán como tejas. También puedes colocar hierba o ramas en el techo para protegerlo del viento.

Tipis
Es una tienda tradicional utilizada en la antigüedad por tribus nómadas de Norteamérica. Actualmente se usa en muchas culturas.
Este refugio consta de tres postes o más que sirven como base para formar un refugio en forma de cono. Estos palos se atan al suelo y se cubren con pieles de animales o madera. Asimismo, en la parte superior dispone de una abertura que permite la ventilación.

Refugio de tronco
Este no es el refugio más cómodo, ya que es un cobertizo que se realiza con ramas y un tronco caído. Asimismo, está pensado para utilizarlo por periodos cortos de tiempo, ya que no tiene una estructura muy sólida y está expuesto a la llegada de muchos insectos.
Utilidades para el refugio
Existen algunos elementos de la naturaleza que te servirán para crear estructuras de gran utilidad mientras estás de excursión o en un momento que lo necesites. Saber cómo sacar provecho de tu entorno es muy importante dentro de las técnicas survival.
Paredes de tronco y pantalla para el fuego
Una forma sencilla de hacer paredes es apilando troncos sujetados en la tierra y atados en la parte superior. Estas estructuras te pueden servir para realizar el refugio y protegerte de las adversidades climáticas. En caso de no disponer de piedras grandes, también puedes usar este método para embalsar una corriente.
Cubiertas
Este tipo de estructura es una especie de pared construida por palos flexibles o ramas entrelazadas. En primer lugar, se realiza un armazón rígido para después colocar los materiales más versátiles. Además, puedes rellenar con tierra o hierbas o entrelazar enredaderas entre las estacas.
Refugios en climas tropicales
Si has de sobrevivir en la selva tropical, debes tener en cuenta ciertas variables climáticas y agentes externos para construir tu refugio. No olvides que en estas zonas el suelo es húmedo y hay gran variedad de insectos, así como otros animales indeseables con los que no querrás tener contacto directo al acostarte.

Bambú, resistente y flexible
Esta es una planta perfecta para la construcción de una base para tu refugio, ya que es resistente y versátil a la vez. Es muy práctica para hacer techos y levantar paredes.
Puede alcanzar hasta 30 metros de altura, lo cual la convierte en una especie natural idónea para la construcción. La puedes conseguir en lugares como la India y la China, así como en zonas bajas y montañas. También se encuentran algunas variedades en África, Australia y el sur de Estados Unidos.
Es ideal para formar el techo de tu refugio gracias a su forma. Si partes sus troncos de manera vertical y los colocas de forma alterna, conseguirás una estructura similar a un techo de tejas impermeables. E incluso puedes hacer un canal con otro bambú y aprovechar el agua de lluvia.
También puedes usarlo como pared, pero en este caso deberás aplanarlo. Ten cuidado cuando lo recojas, pues tiende a astillarse y puede ser tan cortante como una navaja.

Atap
Esta es una enredadera muy útil para utilizar en refugios, ya que sirve para cubrirlos. Sin embargo, también debes tratarla con cuidado por las púas que tiene en sus extremos. Es importante destacar que cuanto más grande sea la hoja, mayor será su utilidad, ya que cubrirá más espacio.
Te sugerimos que la cortes horizontalmente y desde la parte más fina, porque desde el tallo es mucho más propensa a partirse. De esta manera, podrás aprovechar mejor todas sus hojas. Esta planta es más apropiada para las paredes y el techo de tu refugio.

Plataforma con mosquitera
Este es el refugio perfecto para aislarte del suelo y protegerte de los insectos. En caso de que le añadas un techo, te protegerá en los días de lluvia. Por su parte, el lecho lo puedes cubrir con hojas de palmera o materia vegetal.

El refugio, siempre elevado del suelo
En este tipo de lugares siempre tienes que optar por un refugio alto o elevado del suelo. Será la mejor manera de protegerte de picaduras de serpiente o de arañas, muy comunes en estas zonas.
Cómo construir un refugio en climas árticos
En climas fríos es mucho más necesaria la protección para no sufrir una hipotermia. En caso de que no cuentes con el material adecuado, también puedes usar recursos naturales para construir un refugio como los que te explicamos a continuación.

Trinchera de nieve
Este es uno de los refugios más rápidos de hacer en un lugar frío. No obstante, su desventaja es que solo sirve para una persona. Eso sí, puede ser un lugar temporal mientras construyes algo más sólido y grande.
Para construirlo, marca una zona similar al tamaño de un saco de dormir y corta bloques de nieve compacta del ancho de la trinchera. Además, cava unos 60 cm y, en la parte superior de los costados, corta un reborde de unos 15 cm.
Después apoya los ladrillos en cada reborde e inclínalos para construir el techo. También es importante colocar el equipo debajo del saco para que no estés en contacto directo con la nieve.

Cueva de nieve
Es uno de los mejores refugios para áreas frías. Para construirlo, necesitarás una pala o un utensilio improvisado, como un plato o un palo. Luego solo tendrás que cavar donde haya nieve amontonada hasta crear un lugar cómodo.
Es aconsejable que la cueva sea pequeña para que sea más fácil de calentar. Será suficiente con un lecho que esté situado a unos 40 cm por encima del nivel del suelo. De la misma forma, puedes añadir otra estructura de unos 30 cm para cocinar con un hornillo.
También es necesario dejar un agujero de ventilación en la parte superior y otro en el bloque de hielo o nieve, que servirá como puerta. La pala debes guardarla siempre dentro por si necesitas utilizarla por la mañana. Una simple vela encendida en el interior puede aumentar la temperatura varios grados.

Iglú
Este tipo de refugio es el mejor para protegerte del frío. Sin embargo, requiere tiempo y conocimientos previos para construirlo. También debes contar con herramientas, como un cuchillo, y varias personas para ayudarte. Es el método más útil si crees que pasarás mucho tiempo en el lugar.
Construye la vivienda a partir de bloques de nieve sobre una superficie de unos 4 metros de diámetro, que habrás aplanado previamente. Seguidamente, haz la entrada y excava un túnel de acceso que no esté orientado hacia el viento.
Recuerda que también debes dejar unos pequeños orificios de ventilación en la parte superior y en el suelo (nunca por la parte donde da el viento), y alisar el interior para eliminar las zonas de filtración.
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Santi Torres
Autor y Editor de Noreste ClubExperto en supervivencia en la montaña. Me apasiona la aventura, la naturaleza y poder superarme día a día. Aprendo y divulgo todo lo que sé.