Clases de fuego y sus características: la guía más completa

Como sabrás, los incendios pueden propagarse muy rápidamente. A esto se añade que no todos los tipos de fuego son iguales: ni su origen, ni su manera de actuar ni la forma de apagarlos. De ahí que utilizar el extintor equivocado pueda ser muy peligroso.

Dentro de las técnicas de supervivencia urbana trataremos los tipos de fuego para saber identificarlos y atacarlos al instante, ya sea en casa o en el trabajo.

¡Sigue leyendo!

¿Cuáles son los tipos de fuego?

Los incendios se clasifican según el tipo de combustible que los genera. Cada uno tiene una forma de extinción o control específica. Se categorizan de la siguiente forma:

Fuego clase A

Este tipo de incendio se genera por la combustión de sólidos, como la madera, el papel, el cartón, etc. También existen combustibles sólidos que pueden generar explosiones y causar grandes daños, como la harina, el carbón o el aserrín.

El fuego clase A suele apagarse con cierta facilidad, siempre y cuando existan las condiciones apropiadas.

Por ejemplo, un incendio al aire libre generado por combustión de madera seca será más fácil y rápido de apagar. Esto se debe a que hay más oxígeno (si no se trata de una superficie extensa que alargue la combustión en secuencia). No obstante, la extinción no es tan sencilla en espacios cerrados.

La mejor forma de controlarlo es mediante extintores de agua pulverizada, agua a chorro, de espuma o polvo polivalente. También existen extintores no convencionales, como la tierra humedecida o la tela mojada, entre otros.

Para sortear este tipo de combustión, no fumes cerca de este material, evita las superficies calientes y mantén el lugar limpio y ordenado. En caso de que sea un incendio controlado (como una fogata para acampar) se recomienda primero limpiar el terreno y eliminar las hojas secas alrededor de la lumbre.

Fuego clase B

Se producen por combustibles líquidos. Los más comunes son la gasolina, el alcohol, las grasas y las ceras, entre otros.

El fuego clase B suele ser uno de los más peligrosos porque provoca incendios por autoinducción. Es decir, no necesitan de una fuente de calor externa para arder. Más adelante te explicaremos cómo se genera y a qué temperatura.

Para extinguirlo te recomendamos utilizar polvo convencional. También agua pulverizada, espuma y polvo polivalente (si el fuego se origina en ambientes controlados). Pero nunca utilices agua, ya que se generaría una reacción química peligrosa.

Debido a su alto nivel de autoinducción, es aconsejable almacenar este material lejos de superficies calientes como el sol y evitar fuentes de origen eléctrico. Y es que incluso el calor que produce la batería de un teléfono puede provocar la inducción. De ahí que esté prohibido usarlo en las estaciones de servicio de gasolina.

Fuego clase C

Tiene origen gaseoso, como gas natural, metano, butano, propano, acetileno. Estos también son peligrosos porque suelen generar explosiones cuando el oxígeno se consume por completo. Por eso, te recomendamos manipular estos elementos al aire libre o lejos de tuberías.

Se apaga con polvo convencional, polvo polivalente y en menor medida, el polvo especial. No debes utilizar ningún otro elemento, ya que puede generar reacciones químicas desfavorables. En caso de emergencia, podrías apagarlo por sofocación.

Es importante almacenar estos gases al aire libre, bajo sombra y lejos del contacto eléctrico, calor por fricción, cigarros, etc. Con respecto a las tuberías (de gas o agua), es recomendable cerrarlas antes de exponer algunos de estos gases.

Fuego clase D

Bajo esta etiqueta se clasifican los incendios producidos por metales como aluminio, magnesio, sodio o potasio. Son elementos que se encuentran fácilmente en la vida cotidiana. Por ejemplo, el magnesio se utiliza para fabricar el volante de los coches o la barra de dirección. Por eso es muy peligroso exponer los coches a altas temperaturas.

Cuando arden, los metales pueden alcanzar temperaturas de hasta 3.000°C. Por ese motivo, nunca se debe apagar un coche en llamas con agua. La reacción que genera el metal a esta temperatura causa explosiones incandescentes.

Para apagar un fuego clase D, solo debes utilizar polvo especial y materiales de extinción específicos para metales. Te sugerimos llevar un extintor portátil especial en el coche. También deberían estar presentes en cualquier lugar donde se manipulen este tipo de materiales.

Para evitar esta clase de incendio es importante un buen orden y limpieza. Al almacenar los materiales de extinción, evita superficies calientes. Te recomendamos un ambiente bajo la sombra o climatizado.

Fuego clase K

A este grupo pertenecen los aceites de cocina y las grasas, como el aceite de oliva o de maíz.

Son provocados cuando el aceite caliente entra en contacto con electrodomésticos. Es importante separar los electrodomésticos de la clase de combustión líquida porque el fuego se comporta de forma diferente cuando arde. Además, en algunas ocasiones existe un contacto eléctrico.

Para sofocar un fuego clase K, debes utilizar un extintor específico para aceites de cocina. El polvo o el CO2 pueden ser más peligrosos en estos casos.

Es importante cocinar con estos aceites lejos de los electrodomésticos y limpiar estos muy bien si han entrado en contacto con los equipos. Y evita el contacto con agua. Recuerda que cuando reaccionan ambos líquidos pueden salpicar a grandes distancias.

Para almacenar estos extintores solo has de evitar su exposición a altas temperaturas. Y cuando los uses, hazlo lejos de los equipos electrónicos. En cualquier caso, es aconsejable desenchufar los equipos y limpiarlos bien después de cocinar con aceite.

Fuego Clase E

En algunos países, como España, la clase E no se contempla en la normativa. Estos son los que se producen por electricidad. Sin embargo, sí se tienen en cuenta a la hora de actuar para detenerlos. Por ejemplo, es posible utilizar un extintor de espuma, siempre y cuando los voltios que lo produzcan no superen los 35.000.

La recomendación es desconectar la fuente eléctrica rápidamente (especialmente si utilizas espuma). Además de utilizar el extintor al menos a 1 metro de la fuente de incendio.

Es importante destacar que todos los tipos de fuego nombrados en esta lista también pueden ser inducidos por una acción eléctrica. No obstante, debido a que la clasificación se hace por combustible, no es necesario mencionar la Clase E en estos apartados o en la normativa.

Tipos de agentes extintores

Aunque ya los hemos expuesto, te dejamos una lista sintetizada de los distintos tipos de agentes extintores. De ello hablamos más en profundidad en el post de todos los tipos de extintores.

  • Agua (pulverizada o a chorro).
  • Espuma.
  • Polvo (convencional, polivalente o especial).
  • Específico para metales.
  • Específico para aceite de cocina.
  • Dióxido de carbono.
  • Hidrocarburos halogenados.

Medidas preventivas para evitar incendios

Para que se produzcan los incendios es necesaria la participación de varios factores (combustible, oxígeno, calor y una reacción en cadena). Lo importante es saber controlarlos para evitar que se concentren todos en un mismo lugar. Esto provocaría un escenario favorable para el incendio.

Te dejamos algunas recomendaciones para seguir en casa o en el trabajo:

  • Evitar utensilios para fumadores y cigarros cerca de combustibles. Una simple hoja de papel y un mechero pueden ser suficiente para generar un fuego.
  • Asegurarse siempre de que las colillas queden apagadas, haciendo fricción sobre superficies frías o húmedas.
  • En las industrias es importante alejar los combustibles de las máquinas o herramientas que causen fricción o generen chispas.
  • Tener extintores apropiados cerca de superficies inflamables. Por ejemplo, un extintor específico de metal en locales de soldaduras.
  • Seguir las normativas de prevención de cada comunidad. Tampoco es mala idea informar a los habitantes o visitantes sobre cómo actuar ante un incendio.
  • Lavar los paños que contengan grasa, ya que generan incendios espontáneos incluso sin que exista una fuente.
  • Hacer mantenimiento preventivo en industrias, sobre todo en las secciones eléctricas.
  • Garantizar orden y limpieza en el espacio donde se manipulen combustibles inflamables.

Tipos y clases de fuego: preguntas frecuentes

A modo resumen y para dar respuesta a las preguntas más frecuentes desarrollamos las siguientes cuestiones de carácter general:

¿Cuáles son los 5 tipos de fuego?

Se clasifican en clases según los combustibles que lo alimentan. Son los siguientes: clase A (sólidos), clase B (líquidos), clase C (gases), clase D (metales) y clase K (aceites y grasas de cocina).
La clase E (fuente eléctrica) solo se contabiliza cuando existen acciones para apagar incendios producidos por contacto eléctrico. No obstante, en la normativa española no se contempla como tipo de fuego.

¿Qué tipo de fuego es el eléctrico?

Son los clasificados como tipo E, también conocidos como fuegos eléctricos. Se producen cuando la inducción es producida por tensiones eléctricas como, por ejemplo, un electrodoméstico de 25 V con un fallo en este aspecto.
También se pueden clasificar en esta categoría los incendios que se propagan por cualquier tipo de combustible debido a una acción eléctrica.
Para hacerlos frente, lo mejor es interrumpir la corriente eléctrica. Si existe riesgo por desconexión, lo mejor es apagar la fuente de electricidad del lugar y apagarlo por sofocación o con extintores no conductores.

¿Cuál es el fuego más fuerte?

El fuego más fuerte es el más caliente y el más difícil de extinguir. Se produce a temperaturas de 1.300° a 1.500° C. Normalmente, produce una llama de color blanco o azul. De esta forma es fácil distinguir cuándo los incendios son demasiado fuertes o no.
No se producen por un tipo de combustible en específico. Lo hacen por la temperatura y la cantidad de combustible existente que genere esas altas temperaturas.
Por contra, el fuego más débil es de color amarillo, naranja o rojo. También lo puedes distinguir porque genera mucho humo o ceniza. En cambio, en los más fuertes el humo es blanco (en caso de la quema de químicos) y no dejan ceniza.

¿Cuál es la temperatura del fuego?

El fuego rojo o naranja puede encontrarse entre los 525° C y los 1.000° C. Puede comenzar con un color como cereza brillante o rojo oscuro. Al llegar a un color naranja, significa que ha superado los 1.000° C. Al alcanzar los 1.200° C se volverá color azul y si supera los 1.300° C, será de color blanco.
Normalmente, el color blanco se produce con la quema de metales, ya que estos elementos alcanzan rápidamente altas temperaturas.

¿Cuál es la temperatura mínima del fuego?

Esta se conoce también como temperatura de autoignición. Es el fuego producido en un combustible por sí mismo cuando llega a la temperatura necesaria para arder.
Dicho de otra forma, empieza a arder sin entrar en contacto con una fuente de calor exterior, tan solo estando en contacto con el aire. Por ejemplo, un paño con aceite que empieza a calentarse.
Normalmente, esta temperatura se produce según el tipo de combustible. Por ejemplo, en gas natural puede provocarse a los 482° C y 692° C, en gasolina a los 456° C y en madera a los 310° C y 313° C.

No siempre los bomberos pueden llegar de inmediato a controlar el incendio. Por eso, es importante que al menos se detenga el flujo de la fuente. Si es eléctrica, desconéctala. Si es de gas, ciérrala. Si es por madera, limpia el serrín que pueda haber en los alrededores.

En todo caso, si el fuego se origina en condiciones especiales, como en fábricas de muebles o de químicos, espera a los expertos.

Enlaces de referencia y ampliación:

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Víctor Collado

Autor y Editor de Noreste Club

Desde la infancia practicando kárate. Me apasionan las artes marciales, la autodefensa ante cualquier situación y los deportes de alto riesgo. Experto en técnicas de supervivencia.

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